Jorge Glas Viejó
lunes, 12 de noviembre de 2012
lunes, 29 de octubre de 2012
El hijo de Glass Viejó
El hijo de Glass Viejó
Publicado el 24/Octubre/2012 |
00:52
Jeanette Hinostrozajhinostroza@hoy.com.ec
Vive en uno de los sectores más pobres e inseguros de Guayaquil, es un bebé con unos ojos impresionantemente negros y profundos. Lo encuentro en manos de su madre, una niña forzada a asumir roles que no le pertenecen. Está jugando con él, como si fuera un muñeco, con la diferencia de que este es de carne y hueso. El niño, que ya está pronunciando sus primeras palabras, le dice "ñaña", lo que me conmueve el alma, pues hasta él parece darse cuenta que es solo una niña jugando a ser mujer.
La abuela, también joven, me dice en tono irónico "vivimos en una urbanización privada…privada de agua, de salud, de seguridad"; ella también carga un bebé, que es cinco meses menor que su nieto. La situación de esta familia es dramática, no solo por lo económico, sino porque está obligada a enfrentar el dolor de la injusticia, sin anestesia y por tiempo indefinido.
En este caso el papel de la llamada "prensa corrupta" también fue crucial: la publicación de la historia obligó a la justicia a hacer, aunque a medias, su trabajo, y develó una serie de acciones tan atroces y tan escandalosas como saber que quien abusó de esta niña, resultó ser el padre de un ministro de Estado. La fiscal que llevaba este caso está acusada por la madre de la niña agredida, de haberle recomendado a un nuevo abogado, que resultó ser uno que trabaja en el Conelec, coincidencialmente una de las instituciones a cargo del ministro en mención, el mismo que se presentó en rueda de prensa, acompañado de un solidario gabinete presidencial, aparentando ser una víctima más de esta situación, pues siendo niño, habría sido abandonado por el mismo hombre a quien hoy se acusa de violar a una menor de edad. El abogado está acusado de haber hecho que la madre de la víctima firme un documento en el que desistía de reivindiar el honor de su hija a cambio de $4 000 y "un terrenito". Hasta donde sé, eso se llama prevaricato y concierto para delinquir; la Fiscalía es la encargada de determinar si hay razones para pensar que estos delitos se cometieron, espero que tome en cuenta que se trata de una familia humilde que confió en una representante de la justicia y en un supuesto profesional del derecho. Veamos si esta vez hacen lo correcto o vuelven a humillarlos; recordemos que la juez que lleva el caso asignó una pensión de $79 para la manutención del bebé, sin tomar en cuenta que la madre también es una niña y el agresor está obligado a mantenerla. Ante la evidencia, la jueza subió la pensión a $299, valor que no ha sido depositado en su totalidad, pues a la cuenta de la familia llegaron solo $250, sin que nadie explique qué pasó con los $49 que hacen falta.
Me pregunto si el ministro sabe que las leyes ecuatorianas prevén que si el padre de un menor no asume sus responsabilidades, son los familiares mas cercanos los obligados a cumplir con las deudas pendientes. Ayer, el ministro pudo haber sido un niño abandonado; pero hoy es un hombre poderoso que en un rincón, pobre e inseguro del país, tiene un medio hermano.
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